En un convento, las monjas empezaban a estar un poco estresadas, todo el día entre cuatro paredes, por lo que la madre superiora organizo una escapada para montar en bici.
Cuando empezaron a montar en bicicleta, las monjas iban cantando la calle abajo ... ¡Que gusto da montar en bicicleta!
Luego al bajar la calle cantaban ... ¡Que gusto da montar en bicicleta!
Otra vez al subir la calle ... ¡Que gusto da montar en bicicleta!
Así todo el rato ... hasta que la hermana superiora se empezó a cansar y dijo :
Hermanas como no os calléis os pongo el sillín.
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Hace 2 años